Mi vida durante el período de confinamiento.

 Inicio de la pandemia...

    Cuando a inicios del 2020 comenzó a circular la noticia de un virus nuevo del que no se tenía registro, ni tratamiento y mucho menos se conocía su certera peligrosidad me parecía algo muy lejano, estoy consciente de que la movilidad actualmente es muchísima pero la verdad no pensé que ese problema nos llegaría tan pronto, por lo menos esperaba que ocurriera cuando se tuviera un mayor conocimiento del asunto y cómo tratarlo de manera efectiva. La verdad no me causó mucho temor, tenía la tranquilidad de que sus síntomas y tratamiento podría ser similar al de una gripe, pues así lo definieron al principio los noticieros. Honestamente no estaba preocupada.



Confinamiento y Trabajo a distancia 


          Cuando llegó el virus a México y se presentaron los primeros casos, tenía incertidumbre de lo que podría ocurrir, recuerdo muy bien el último consejo técnico escolar que tuvimos de manera presencial y donde abordamos de manera superficial el tema pues aún no sabíamos que tan grave se podría llegar a tornar. Después de esa sesión, durante el fin de semana y mientras asistía a un concierto en vivo (no sabía que ese tipo de entretenimiento quedaría restringido por tanto tiempo) fue cuando llegó un mensaje a mi teléfono celular con la noticia de que las clases presenciales se suspenderían aparentemente durante dos semanas hasta llegar al periodo vacacional de Semana Santa para hacer un aproximado de un mes de prevención mientras se controlaba el brote en el país. Nuevamente mis emociones estaban en calma pues confiaba que ese periodo de prevención y de baja movilidad podría ser suficiente para controlar el brote en el país, pues recordaba la experiencia con el virus H1N1 que en realidad sólo causó alarma pero sus efectos no fueron tan devastadores. Me dediqué a seguir las indicaciones que me daban mis directivos y a tratar de informarme lo más adecuadamente posible sobre lo que se sabía con certeza de esta nueva enfermedad.

                                           


            En cuanto al rol docente, el principal reto emocional era comprender perfectamente como lograríamos terminar el ciclo escolar a distancia, comenzaron las primeras reuniones virtuales y la verdad yo estaba muy emocionada por probar estas nuevas tecnologías, o tal vez no eran tan nuevas pero era la primera vez que las integraba como parte de mi labor docente, sentía que estábamos ante las puertas de nuevas oportunidades de darle un uso creativo a las herramientas a nuestro alcance que fuera más allá de solo una comunicación con fines amistosos o familiares. Pero después llegó el golpe de realidad al observar que no todos tienen el mismo acceso a las tecnologías ni mucho menos la disposición a hacer uso de ellas, por diferentes cuestiones personales. Aún así y a pesar de las carencias de recursos tecnológicos logramos llegar a acuerdos como colectivo docente y  logramos hacer llegar las actividades propuestas para cada semana a nuestros alumnos. 


            Durante ese periodo que fue mientras ocurría la primera ola del virus en nuestro país enfrenté mis emocione con ayuda del ejercicio, yo he tenido severos problemas de salud y pocas de las actividades que me permiten realizar son las caminatas, así que comencé a caminar, específicamente a hacer senderismo. Sé que suena un poco contradictorio cuando la indicación principal era “quédate en casa” pero también sabía que el principal factor de riesgo es estar cerca de personas y en lugares cerrados, lo cuál no ocurre con la actividad que elegí realizar principalmente porque se realiza en espacios abiertos y mi lugar favorito para recorrer es el cerro de mi pueblo, donde rara vez te encuentras con mucha gente reunida. Esta actividad me da serenidad, paz y me hace sentir saludable. En el fondo sabía que estábamos o estamos enfrentado un gran problema pero caminar me daba un respiro de tranquilidad. 


                Después llegó el nuevo ciclo escolar y la necesidad de estructurar aún mejor el trabajo a distancia, con los acuerdos hechos en mi colectivo considero que se ha realizado el trabajo posible y a nuestro alcance para proponer a las familias un trabajo adecuado con sus pequeños. Yo trabajo en el nivel preescolar y dependemos en la totalidad de los padres de familia para que se logre el trabajo a distancia pues es sólo través de ellos que logramos llegar a los alumnos. A veces, causa una sensación de angustia y desanimo cuando los mismos padres no responden a las necesidades de sus hijos pero siempre he tratado de tener empatía y ser muy accesible a sus posibilidades de tiempo o disposición. 




      Emociones 
        
             

                Finalmente pienso en una alumna en específico con la que he tenido poca comunicación porque la mamá siempre ha sentido que no puede con lo que se le solicita ni con las actividades a distancia, para mi punto de vista puedo decir que se trata de un bloqueo personal derivado de algunas situaciones personales, me gustaría demostrarle que si se puede y que su niña es muy capaz de lograr lo que sea que se le solicite mientras ella como madre también la apoye, ponga su interés en ella y deje atrás las excusas sin sentido, todo puede salir muy bien y de manera favorable para la educación de su hija. 






            En general estoy muy satisfecha con los temas abordados en este taller porque considero que me servirán tanto para mi práctica docente como para mi vida personal. Sé que aún nos quedan muchos retos por enfrentar pero si logramos mantener nuestras emociones sanas lograremos salir adelante.

Comentarios

  1. Estoy de acuerdo con usted en cuanto a que tenemos muchos retos que afrontar todavía.

    Saludos cordiales.

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  2. Hola maestra, muchas gracias por compartir su experiencia en donde nos damos cuenta que una buena salud física, nos ayuda a tener una buen salud emocional.
    Con ellos podemos apoyar a otros en la medida que cada uno esté dispuesto a recibir la ayuda.

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